
El certificado de eficiencia energética determina lo eficaz que es un inmueble en cuanto al consumo de energía. Utiliza el mismo formato de etiqueta que los electrodomésticos, y en la práctica es eso, como si considerásemos al edificio como un electrodoméstico gigante. Ya era obligatorio para edificios de viviendas en construcción, y tiene una validez de 10 años.
En el caso de canarias, el registro es fácil, a través de la Consejería de Industria, imprimiéndose el certificado, que ya cuenta con un registro digital. Hasta ahora lo pedía el notario a la hora de hacer la escritura de obra final.
La novedad es que desde el 1 de junio, también será obligatorio para inmuebles ya construidos que se vendan o alquilen.
Resumiendo, además de los edificios de viviendas nuevos, es obligatorio para obras de reforma de más de 1.000 m², o cambio del más del 25% de los cerramientos, a viviendas para vender o alquilar, como ya se ha dicho, a edificios públicos de más de 250 m² y a edificios privados con uso público de más de 500 m², (la superficie a considerar es la útil).
El resto están exentos. Una excepción significativa es la de viviendas con ocupación de menos de 4 meses al año (o consumo máximo del 25% del consumo anual). Así mismo, aquellos edificios en zona protegida, como zona BIC.
La clasificación es desde la mejor A, B-C-D-E-F, hasta la G que es la peor. En el caso de canarias, los inmuebles recientes, desde el 2.006 obtienen entre D y E fácilmente. Para pasar a C o B, se requeriría una mejora substancial del aislamiento del edificio, y para pasar a A, el edificio debería mejorar tanto el aislamiento como las instalaciones, y en la práctica diseñar el edificio con este objetivo en mente.
En el caso de edificios anteriores al 2.006 y posteriores a 1.979 en la península se podrían obtener clasificaciones de D o E. En canarias debido al sistema constructivo tradicional, a base de bloque de hormigón vibrado de 20 o 25 cm, no hay que esperar bajar de la G, o F con suerte.
Junto al certificado se entrega una relación de las obras a realizar para mejorar la clasificación. Con cambio de las instalaciones, mejora en el aislamiento con trasdosados de paredes y techos, cambio de las carpinterías. Dado que el certificado es obligatorio, pero tiene un carácter informativo, el propietario deberá considerar si la inversión para mejorar la clasificación vale o no la pena. No existe una multa por tener una clasificación mala.
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